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lunes, 30 de mayo de 2011

Miranda Cosgrove icono de la televisión y también «industria viviente»


Da la impresión de que cadenas como Nickelodeon no dan abasto a alumbrar estrellas adolescentes. Chicas de moda y del momento que no son sólo fenómenos de la televisión, del cine y de la canción. Son sobre todo industrias vivientes, capaces de transformar en oro todo lo que tocan y por eso mismo guardadas bajo siete llaves en las torres de marfil de su tremendo éxito. Si (y mientras) se dejan.
Nombres como Miranda Cosgrove, de «iCarly», reinan en el universo teenagery sobre cuentas bancarias aberrantemente abultadas para su edad. Fácilmente se embolsan 180.000 dólares por episodio de las series que protagonizan, todo ello sin contar contratos publicitarios, tarifas por ser referentes de la moda, etc. Porque más allá del talento concreto que puedan tener, lo que venden es precisamente ser modelos de referencia, vértices de determinada ejemplaridad. Adolescentes ideales, pero, ¿para quién?
Miranda Cosgrove quien luce este anillo de castidad. ¿Les entra en el sueldo? Un reciente reportaje de «The New York Times» sobre su figura no se cansaba de insistir en la importancia de que estas actrices encarnen una especie de ideal de pureza casi asexuada, una perpetuación ideal de la infancia que, más aún que a las niñas que son sus fans, encandila a sus familias. Parte del éxito de las chicas del momento es que todos los padres las quieran tener como hijas.

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